Cubapop
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Sacando Cuentas
Categories: Español

Desde una edad muy temprana los niños cubanos oyen en la casa, en la escuela y en los medios que la atención médica y la educación son gratuitas en Cuba. Todos hemos tenido acceso a vacunas, visitas al dentista, doctores y hospitales listos para recibirnos, a cualquier hora del día o de la noche que lleguemos descompuestos y consultorios donde trabajan los médicos de la familia, cerca de la casa.

Aunque es muy cierto que nadie se queda sin atención médica, solamente entendemos lo “gratis”que es la salud en Cuba cuando cae en cama algún familiar o ser querido, cuando el estado del paciente va más allá de una gripe o alergia, cuando es una enfermedad que requiere seguimiento o que hay que internar al paciente.

Con un familiar ingresado las atenciones son recíprocas: diariamente, se le lleva merienda a la enfermera, un perfume, un jabón o un paquete de café al médico, una caja de cigarros si fuman, un pequeño detalle, según tus posibilidades económicas, para asegurar la mejor atención, los medicamentos adecuados y a su hora o simplemente porque son doctores y todos sabemos lo duro que trabajan y lo poco que ganan.

Rápidamente tu bolsillo sufre las consecuencias pues el gasto no es solamente en los presentes para el médico sino también en la alimentación del paciente: el jugo, el yogurt, la carne y todo lo demás que no se consigue fácil, ni barato en La Habana. La pésima comida que el hospital proporciona no garantiza la nutrición básica que un debilitado y muchas veces inapetente paciente necesita.

Los angustiados y exhaustos familiares que acompañan al enfermo necesitan alimentarse bien y transportarse de la casa al hospital varias veces y sin demora, para todo esto hace falta un presupuesto extra ya que el transporte público no es muy frecuente.

No hay dudas de que gracias a los amigos y parientes los problemas son más llevaderos en Cuba. Mientras un primo lleva sábanas limpias al hospital, el vecino con carro te trae la comida tibia que la tía preparó o un colega te compra un jugo de manzana para el paciente. ¿Qué sería de nosotros los cubanos sin el sacrificio y ayuda de los que nos quieren? La mano que te calma y te da afecto se agradece tanto como la que te alcanza un bocadillo o te consigue la medicación que no hay a nivel de hospital.

La salud no se paga, es verdad, pero si no tienes dinero la recuperación del paciente se puede ver afectada. Al final, estar enfermo en Cuba te puede salir caro.

 

 

 

 

 

 

 

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