Cubapop
Life, Culture and Travels from the perspective of a Cuban
Nota sobre Vecinos
Categories: Español

En La Habana yo tengo vecinos que adoro, que me han visto crecer y me han dado cariño y café a granel.  Estos vecinos tan queridos, me han asistido con libros, pastillas, sal y hielo, han servido de mensajeros y hasta de consejeros espirituales en ciertas ocasiones de mi vida.

Si uno ha vivido en un edificio de más de 30 apartamentos, está más que claro que la cercanía a todos los vecinos no es la misma: a algunos les doy los “buenos días”, el “cómo está” y les abro la puerta del elevador, a otros les pregunto por los hijos y el trabajo, pero estoy segura de que jamás entrarán en el terreno de los “como si fueran de la familia”. La razón por la cual esto no ocurre es porque todos tenemos una visión del mundo muy diferente y solo por vivir uno al lado del otro no nos tiene que convertir en los mejores amigos.

En Cuba, no sólo hemos crecido con la idea de que todos somos iguales, sino con la bendita costumbre de pretender que todos debemos pensar y actuar de la misma manera.

Una de las aficiones que tienen los vecinos ociosos (en muchos casos ni estudian, ni trabajan) es la de averiguar todo lo relacionado con  la vida personal de los demás. En este juego de saberlo todo no vale la educación formal o la edad, solo la insistencia. Lo más gracioso, es que el que juega se siente con pleno derecho a indagar y en el peor de los casos, a informar. En Cuba, las cartas anónimas se toman en serio y se investigan, por lo cual, todo el mundo vive un poco aterrado de la opinión de los demás. Lo cierto es, que quien quiera meterte en problemas lo puede lograr, no importa si eres inocente o no, al menos te harán pasar el mal rato.

Innumerables veces, he sido interrogada en la escalera, en la entrada del edificio y hasta en la esquina. Una vez, una vecina con la que apenas yo hablaba más de tres palabras, tocó a la puerta de mi casa para “presentarme a un muchacho que me quería conocer”. Así de afortunada puedes llegar a ser en Cuba: príncipes azules son traídos a tu puerta. Creo que mi cara de asombro (y la de mis padres) resultó en la huída  de este pretendiente, para siempre.

Mi edificio ha tenido grandes etapas: aunque siempre ha existido el “dime tú que te cuento yo”, hubo un tiempo no muy feliz en que todos los chismosos se sentaban a la entrada del edificio e indiscretamente te inspeccionaban hasta la bolsa de la compra que sostenías. Durante esos meses, sabían la hora exacta de tu  entrada, regreso, quienes eran tus amigos o pareja(s), si te ibas a la playa, a la escuela o de vacaciones. No se les escapaba ningún detalle!

Como a mi nunca me ha gustado darle cuentas de mi vida y mis acciones a las personas, sobre todo sin haberlo decidido yo, pues opté por limitar la información al máximo y a callar o a cambiar el tema cuando los interrogatorios comenzaban. Así pasé varios años de mi vida, quedando como rara o pesada para unos cuantos, evitando familiarizarme mucho con algunos personajes. Yo muy contenta y consciente de ello, escogí el bando de los que se alejan y así escapé un poco al malvado acoso.

Al paso del tiempo, estos mismos chismosos de barrio se traicionan entre ellos, se distancian o se van del país. Los mismos que tanto se querían en los bajos del edificio, que fervientemente participaron en las reuniones del CDR*y FMC*, que tomaron asistencia o nota del que criticó algo fuertemente pues afortunadamente se marchan, a otro barrio donde seguramente tendrán que buscarse un trabajo y no podrán jugar a este juego, que ni es hábito, ni está permitido.

Los vecinos en Cuba no son temporales, ni fantasmas. La idea que se tiene en Norteamérica de vecino es completamente diferente al vecino en Cuba. Yo estuve viviendo 5 años en un edificio en el centro de Toronto, donde nunca supe el nombre de mis vecinos y donde cada año se mudaba alguien nuevo. En La Habana, si te tocó un vecino chismoso o entrometido puedes darte por desgraciado, ya que probablemente esa persona, vivirá a tu lado por muchísimas lunas. La única salida y solución es reírte de tu problema, sin prestarle mucha atención. En mi isla, el humor sigue siendo la cura para muchos de nuestros males.

*CDR: Comité de Defensa Revolucionario

*FMC: Federación de Mujeres Cubanas

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